Universidad de la República del Uruguay
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  • Director de Sede Salto espera continuar proceso de inclusión social

    Pancracio Cánepa dirige desde hace cinco meses la sede de Salto del Centro Universitario Regional (Cenur) del Noroeste de la Universidad de la República (Udelar). Reside en ese departamento desde 1992, por lo que es testigo de un crecimiento que espera continúe. Aspira a consolidar los avances de los últimos años, crear nuevas carreras y transitar hacia la nueva institucionalidad propuesta por la Udelar. Tal vez porque es ingeniero agrónomo usa esta metáfora para referirse a la continuidad de los procesos: «Nada conmigo es fundacional, esto es un proceso en el que a uno le toca estar donde está, y en algún momento cosecha lo que sembraron los que estaban antes y siembra, para no ver, la cosecha de lo que va a venir».

    Siendo docente de la Facultad de Agronomía en Montevideo, Cánepa se trasladó a Salto en 1992 para trabajar en el Departamento de Suelos y Agua de la facultad. Se incorporó plenamente al trabajo universitario e integró en varios períodos la Comisión Directiva y el Claustro de la Regional Norte (RN). Desde 2010 forma parte del Departamento del Agua, un Polo de Desarrollo Universitario (PDU) conformado en la RN para hacer tareas de enseñanza, investigación y extensión en áreas de hidrología, hidrogeología, sistemas de riego y calidad de agua.

    Lo que vendrá
    Fue propuesto para dirigir la sede de Salto por el orden estudiantil. Docentes y egresados acompañaron el planteo y resultó electo por unanimidad por el Claustro del Cenur, el 26 de junio. En diálogo con el Portal de la Udelar, afirmó que su propuesta continúa las líneas de la administración anterior a cargo de Alejandro Noboa. Considera que lo principal es consolidar lo que existe: «Hemos tenido una explosión en los últimos años, un crecimiento enorme en muy poco tiempo, ahora hay una etapa de asentamiento, de consolidación de todo eso que se generó». Recordó que Salto tiene 25 ofertas académicas, entre las cuales «hay 18 carreras completas, algunas históricas y otras recientes», y destacó las cuatro originales de Salto que solo se dictan allí: la Licenciatura en Ciencias Sociales, la Licenciatura Binacional de Turismo, la Licenciatura en Diseño Integrado, y la Licenciatura en Ciencias Hídricas Aplicadas. Cánepa se propone completar grupos de investigación que «están en tránsito» y mantener los ejes prioritarios que ya se habían definido para la sede salteña: Estudios Regionales, Agua y Energía, Biotecnología, y dos ejes transversales, Salud e Informática.

    Aspira a incrementar la oferta académica. «Tanto dentro de la Universidad como en la comunidad hay un sentimiento bastante fuerte de poder culminar la carrera de Medicina que ya dicta los últimos tres años en Salto y en Paysandú. Ese es un proceso difícil, hay que esperar la opinión de la Facultad de Medicina», opinó. Justificó la aspiración: «Ese sentimiento proviene de la distribución de los médicos en Uruguay que es bastante inequitativa: algo así como 80% están en la zona metropolitana, un porcentaje altísimo se ubica al sur del río Negro, y al norte es bastante menor». Así como Medicina, Cánepa comentó que estaba planteado crear la Licenciatura en Biotecnología y para eso también trabajará. Opinó además que habría que avanzar en alguna carrera de informática: «sería un aporte interesante para la región, por la demanda que tiene, porque es un sector dinámico en la economía, porque hoy está muy depositado en el sur». Añadió que quizás pueda instrumentarse en conjunto con otra institución. De todos modos, acotó que no depende de lo que él quiera ya que «las decisiones son colectivas».

    En cuanto a la gestión institucional, señaló que el principal desafío es «generar la nueva institucionalidad de los Cenur que es una situación nueva. Somos quizás los que teníamos el mayor nivel de desarrollo institucional en el interior y hay que hacer ese cambio, de una cosa que funcionaba hace mucho tiempo a una nueva realidad y generar una cultura distinta». Tiene las dificultades «de ese tránsito hacia lo nuevo, hay cosas que no las sabe nadie, hay que empezar a crearlas». En este camino la sede salteña no está sola. «En esa construcción institucional estamos con Paysandú que tiene un proceso similar —es quizás la otra sede del interior con más historia conjuntamente con Salto— y ese intercambio va a ser fructífero y va a fortalecernos», valoró. A lo largo de su historia, las sedes de Salto y Paysandú evidenciaron cierta rivalidad, pero Cánepa señaló que eso «fue más mito de lo que parecía» y que el trabajo conjunto que están logrando ha sido «bastante más fácil de lo que yo y muchos hubiéramos esperado. Estamos funcionando muy bien, con mucha fluidez», aseguró.

    Proceso de 20 años
    «Nada conmigo es fundacional, esto es un proceso en el que a uno le toca estar donde está y en algún momento cosecha lo que sembraron los que estaban antes, y siembra, para no ver, la cosecha de lo que va a venir», expresó Cánepa. Su permanencia en la institución le permite responder cómo era la sede de Salto hace 22 años. «En forma de caricatura, cuando yo llegué decían que estábamos en una situación como del almacén chiquito, ahora estamos en la situación del supermercado. La RN era una especie de organismo administrador de los servicios, eran las facultades de Montevideo las que ofrecían sus cursos con un gran componente de docentes viajeros, la regional aportaba un local a cierta estructura administrativa y de servicios que era mínima. En los últimos años eso ha tenido un quiebre fundamental. Salto tiene alrededor de 5000 estudiantes, 300 y pico de docentes de los cuales 272 están radicados, y cerca de 70 funcionarios no docentes», graficó.

    Cánepa señaló que en ese proceso de crecimiento hubo «algunos jalones muy importantes, como la construcción del edificio de la sede de RN», cuya piedra fundacional se colocó en 1997 y fue inaugurado en 2002. Dijo que hasta ese momento la RN funcionaba en un local alquilado de la curia, pero «estábamos perdiendo ese lugar y teníamos la duda si seguía o no la Universidad». Rememoró «una manifestación por la calle principal de Salto pidiendo que la Universidad se mantuviera, que fue más grande que los actos políticos de cierre de una campaña electoral. El orador fue Jorge Brovetto, que era rector en ese momento, y la encabezaban el director de regional, el intendente y tenía carritos tirados por caballo, de gente que no había pisado nunca la Universidad». Cánepa consideró que la decisión política de construir el edificio «echó un ancla» y dio la señal de que la Universidad se iba a mantener en el departamento.

    El otro jalón fue el impulso de los últimos años, «porque hubo, además de un discurso, una voluntad política manifiesta de darle cuerpo a esa presencia de la Universidad en el interior y fue acompañada de los recursos. Esta política de los PDU, las carreras que se crearon, los docentes de alta calificación que han venido, uruguayos retornados, extranjeros con doctorados y posdoctorados que se radican en el interior del Uruguay, docentes grados 4 y 5 que ganaron sus cargos por concurso. También los recursos materiales: laboratorios y equipamiento de muy alta tecnología, como el Laboratorio de Bioseguridad 3 que se va a instalar y va a ser el único del país con ese nivel de seguridad. Se dio un cambio sustancial, que se sumó a lo que ya había».

    Por otra parte, Cánepa valoró el origen social del estudiantado. Citó un estudio realizado por la RN en 2011 que identificó que 45% de los estudiantes eran becarios, 23% residía en localidades del interior que no eran capitales departamentales (como ciudades menores, pueblos, villas y zonas rurales), y que 75% de los jefes de hogar donde residían nunca habían llegado a la Universidad. Además, el 25% solo había alcanzado educación primaria como máximo nivel educativo. «Son datos importantes de lo que significa la Universidad como inclusión social. Seguramente muchos de esos gurises no hubiera llegado a la Universidad si la Universidad no se hubiera regionalizado y si no tuviera esa presencia en el interior del país», expresó.

    Por eso entre sus desafíos menciona también la intención de ampliar la matrícula y «seguir en esa línea de poder permitir el acceso a sectores que en principio no son los más favorecidos y que no son los que tienen las mayores oportunidades de llegar a la Universidad. Esas son las grandes cosas»

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