Universidad de la República del Uruguay
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  • Trabajo Final de Grado

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    Preparar el Trabajo Final de Grado

    Todo estudiante universitario debe adquirir competencias en gestión de la información para realizar trabajos académicos y la TG (Tesis de Grado). La Biblioteca ofrece diferentes recursos para obtener dichas habilidades y presentar con éxito dichos trabajos.

    1.-La documentación académica
    Tipología de la documentación científica

    En la mayoría de las ocasiones, la forma que toman los trabajos académicos (extensión, tipo de letra, etc.), así como su contenido vienen preestablecidos por la institución, publicación o profesor ante los que se presentan.
    Podemos distinguir las siguientes categorías de documentos académicos:

    • Artículo científico.
    • Informe.
    • Patente.
    • Ponencia.
    • Resumen.
    • Trabajo de investigación, tesis, etc.
    • Póster

    2.- Uso ético de la información.

    Introducción:

    El uso cotidiano de Internet facilita acciones como el “copio y pego”, además de proporcionar la errónea impresión de que todo está accesible sin aparentes trabas.
    Esto hace imprescindible conocer las implicaciones legales, sociales y éticas de la información. Comenzaremos con las definiciones de la Real Academia de la Lengua:

    • Ética: “Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana”.
    • Plagiar: “Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.
    • Paráfrasis: “Frase que, imitando en su estructura otra conocida, se formula con palabras diferentes”.

    ¿Qué es el plagio?

    • Repetir un texto sin hacer referencia a su autor.
    • Copiar imágenes, música, etc. sin citar su procedencia.
    • Utilizar información extraída de un trabajo o publicación y no citarla.
    • Parafrasear un texto, es decir, plasmarlo con otras palabras sin citar las fuentes.
    • Comprar o conseguir un trabajo y presentarlo como propio

    ¿Cómo evitar el plagio?

    Evitamos el plagio de las siguientes maneras:
    • Cuando utilizamos una información proporcionando datos de su procedencia, citando la fuente.
    • Identificando y reconociendo las fuentes.
    • Citando la bibliografía utilizada.
    • Entrecomillando, tomando notas de los autores, etc.
    • Identificando inequívocamente de donde se ha obtenido la información.

    Programas antiplagio

    Son programas informáticos que comparan textos y permiten reconocer si un trabajo tiene similitudes con otros publicados. Esto facilita, tanto al profesor como al estudiante o investigador, reconocer si un documento ha sido plagiado.

    3.- ¿Cómo plantear trabajos académicos?

    Introducción

    La realización de este tipo de trabajos mejora nuestro aprendizaje y la comprensión de los temas y de las ideas tratados en ellos. Además supone un estímulo para el desarrollo de las habilidades necesarias para la investigación y la comunicación de los resultados obtenidos, uno de los objetivos de la formación académica.

    Metodología

    Recopilar y almacenar grandes cantidades de información no sirve de nada si no la seleccionamos, organizamos, evaluamos e incorporamos a nuestra base de conocimiento; es decir, si no la transformamos en conocimiento.

    La búsqueda de información es un proceso que requiere mucho tiempo y esfuerzo y un planteamiento erróneo nos conducirá inevitablemente a un resultado incorrecto.

    Para evitarlo tendremos que trazar previamente una ruta que nos conduzca con éxito a la meta que queremos alcanzar:

    1. Definir los objetivos y finalidad de trabajo, ya que determinarán el tipo de búsqueda que tenemos que realizar.
    2. Concretar lo que sabemos sobre el tema, pues será un punto de partida para iniciar la búsqueda, nos evitará la duplicación de esfuerzos innecesarios en la recuperación de información ya conocida.
    3. Consultar a expertos: la comunicación interpersonal profesor/estudiante es muy importante en el proceso de aprendizaje. Establecer conversaciones con especialistas en el tema nos puede ayudar a acotarlo y a buscar nuevos planteamientos.
    4. Consultar obras de referencia: nos ayudará en una primera toma de contacto, al tiempo que nos introduce en la terminología propia del campo en cuestión y nos aporta un primer conjunto de referencias bibliográficas a las que dirigirnos.
    5. Destacar los aspectos de interés de nuestro tema, estableciendo las cuestiones que vamos a abordar y las que dejaremos a un lado.
    6. Delimitar el trabajo, acotando el ámbito cronológico, idiomático, tipológico de los documentos.

    Búsqueda de información

    Tenemos que ser cuidadosos a la hora de elegir el tipo de información, pues no toda puede tener el mismo valor para nuestro estudio. Habrá que considerar:
    • si tiene un propósito divulgativo o académico y está elaborada por un experto en la materia
    • si contiene citas y referencias bibliográficas
    • la relevancia del contenido para nuestro tema
    • la actualidad, especialmente en disciplinas técnicas y científicas

    Una búsqueda en internet puede proporcionarnos miles de páginas web, pero sólo una parte del conocimiento está accesible de forma gratuita a través de internet, y no todo lo que obtenemos es adecuado para la realización de una investigación académica.

    A través de la biblioteca podemos obtener libros, artículos, ponencias, periódicos, referencias en bases de datos, audiovisuales, tesis, etc. en línea y a texto completo. Se trata de documentación de calidad, organizada e indizada para poder acceder a ella fácilmente e incluso a documentos de otras bibliotecas utilizando el servicio de préstamo interbibliotecario.

    Naturalmente, no toda la información obtenida será adecuada ni tendrá la misma relevancia para nuestro trabajo. Deberemos acudir a nuestras capacidades de juicio crítico para valorarla y decidir qué partes de ella se adapta a nuestras necesidades.

    Redactar el trabajo

    Una vez obtenida y seleccionada la información, tendremos que organizarla para comenzar la redacción del trabajo. Para ello nos ayudará la elaboración de un esquema del contenido e incluso un borrador del texto, donde apuntemos ideas que posteriormente desarrollaremos. Trabajar sucesivas versiones de un escrito irá mejorando su construcción, haciendo más coherente su estructura y depurando su escritura.

    Habitualmente los profesores nos habrán proporcionado indicaciones prácticas sobre la presentación del trabajo. Si no es así, tendremos que seguir una estructura lógica que contará, al menos, con los siguientes apartados:
    • introducción
    • desarrollo de los diferentes aspectos del tema tratado
    • conclusión

    A esta estructura tendremos que añadir un índice del contenido y la bibliografía utilizada, además de las citas bibliográficas. Si acompañamos los textos con la presentación de gráficos, esquemas, tablas o imágenes, deberán ir acompañadas de un pequeño texto que favorezca su comprensión. Además es altamente recomendable que cuidemos la estructuración en epígrafes del texto, que debe ser lógica y fácilmente comprensible.

    En un trabajo académico se valoran aspectos tales como:
    • la demostración del conocimiento y la comprensión del tema tratado
    • la claridad en la exposición y en la expresión de las ideas
    • la capacidad para relacionar cuestiones e interpretar los datos
    • la argumentación razonada
    • la originalidad como resultado de un proceso de investigación personal sobre un tema
    • la utilización de fuentes de información de calidad que apoyen nuestra argumentación
    Como es lógico, será necesario que cuidemos también otros aspectos relativos a la presentación tales como:
    • una correcta ortografía
    • un uso adecuado de los signos de puntuación
    • la numeración de las páginas
    • la inclusión de una portada que ayude a identificar el documento y a su autor o autores
    • un formateo adecuado de los textos

    4.- ¿Cómo presentar trabajos académicos?

    Introducción

    Un aspecto fundamental en la realización de los diferentes trabajos que, a lo largo de nuestros estudios, se nos irán planteando es el de su presentación. Una buena presentación, tanto desde un punto de vista conceptual, como formal, hará más convincente el resultado de nuestro trabajo.
    La utilización de un lenguaje claro y directo, una redacción precisa y una estructuración lógica de la información facilitará la lectura y comprensión del texto.

    Estructura

    Habitualmente los profesores nos habrán proporcionado indicaciones prácticas sobre la presentación del trabajo. Si no es así, tendremos que seguir una estructura lógica que deberá contar, al menos, con los siguientes apartados:
    • introducción
    • desarrollo de los diferentes aspectos del tema tratado
    • conclusiones

    A esta estructura básica tendremos que añadir una serie de elementos que conforman el documento en sí mismo: portada, índice del contenido, bibliografía utilizada, así como todo el aparato de citas bibliográficas sobre el que se apoya nuestra exposición. Además si, como es altamente aconsejable, acompañamos los textos con la presentación de gráficos, esquemas, tablas o imágenes, éstas deberán ir acompañadas de un pequeño texto explicativo que favorezca su comprensión.

    A continuación vamos a examinar con mayor detalle cada una de estas partes:
    • Portada: donde debe constar el título del trabajo, el nombre del autor, curso, asignatura, grupo, etc. Es la fuente que permite identificar el trabajo.
    • Resumen: en el caso de artículos para su publicación, tesis, etc. se debe incluir un pequeño resumen (entre 50 y 250 palabras), donde se informe del contenido y naturaleza del documento que se presenta y las conclusiones, lo cual resultará de mucha utilidad para el lector.
    • Sumario o tabla de contenidos: recoge los diferentes apartados que se tratan en el documento, con sus correspondientes subdivisiones, si las hubiera, en el orden en que aparecen en el texto y con mención de la página donde comienzan.
    • Lista de abreviaturas y símbolos: se recomienda que se detallen en ella todos los elementos que no sean de comprensión inmediata y universal por cualquier posible lector.
    • Introducción: describe el propósito y los objetivos del trabajo, el alcance (cronológico, geográfico, tipológico, etc.), así como la metodología utilizada.
    • Cuerpo del trabajo: debe estar estructurado en epígrafes claramente señalados y destacados.
    • Conclusiones: en ellas se deben presentar los resultados de nuestro trabajo.
    • Anexos: en esta parte se recoge información complementaria que facilita la comprensión del texto, como gráficos, fotografías, glosarios, muestras de datos, etc.
    • Bibliografía: es el conjunto de documentos utilizados para la elaboración del trabajo, aunque no se hayan citado. Habitualmente se presenta de forma alfabética. Para su realización hay que ceñirse a unas normas muy precisas.
    • Índices alfabéticos: onomásticos, de materias, etc. permiten buscar en el texto entradas específicas. Sólo son recomendables en trabajos extensos. Hoy día, gracias al uso de procesadores de textos, su realización es mucho menos costosa.

    Redacción

    En cuanto a la redacción, además de una correcta utilización del lenguaje, es recomendable el uso de un estilo claro y directo, que facilite la comunicación y la comprensión de lo que queremos expresar. Para ello debemos:
    • ser coherentes en nuestra exposición, evitando dejar en nuestro discurso cuestiones pendientes y sin desarrollar
    • buscar la variación en el uso general del lenguaje, para no incurrir en repeticiones, pero evitarla en el uso de la terminología especializada, para no crear confusión
    • evitar las frases excesivamente largas y con construcciones subordinadas
    • ser precisos y concretos en el lenguaje, haciendo un uso correcto de la terminología empleada
    • utilizar un discurso despersonalizado
    • utilizar expresiones sencillas, huyendo de frases rebuscadas
    • evitar el uso de expresiones coloquiales
    • enlazar las frases mediante el empleo correcto de palabras o expresiones adecuadas para ello
    • evitar la repetición de términos y el uso de muletillas recurrentes e innecesarias
    • descifrar las siglas

    Por otro lado, los textos escritos se estructuran en forma de párrafos, cada uno de los cuales debe tratar y desarrollar una idea concreta. A su vez, cada párrafo debe funcionar como un todo en el que las ideas se relacionen entre sí de una manera natural.

    No debemos olvidar que redactar significa también revisar y corregir, por lo que tendremos que ser cuidadosos y releer el texto hasta conseguir una perfecta construcción.

    Aspectos formales

    La forma de presentación visual de un texto es importante. A continuación detallamos algunas recomendaciones:
    • se deben paginar todas las hojas, a excepción de la portada y las hojas de respeto, y revisar la secuencia cuando hemos introducido cambios, tanto en la paginación como en el índice
    • el texto debe estar organizado en capítulos, apartados y subapartados, cada uno de ellos claramente destacado con letras mayúsculas o negritas. Se deben jerarquizar entre sí mediante un uso adecuado de la tipografía y de números arábigos
    • las notas y observaciones que complementan el texto deben incluirse a pie de página o al final de cada capítulo
    • es conveniente presentar el cuerpo del texto justificado, con interlineado sencillo o a espacio y medio y márgenes adecuados
    • se recomienda usar una única familia de letras, evitando las fuentes demasiado exóticas, que pueden dificultar la lectura y no ser adecuados para un trabajo académico, al restarle seriedad
    • es conveniente ser sobrios en la presentación y evitar caer en excesos visuales que pudieran entorpecer la lectura
    • el sistema de presentación de citas y referencias bibliográficas debe ser único y consistente en todo el trabajo
    Los gráficos, tablas, etc. deben llevar un texto explicativo y una mención de la fuente de donde se han tomado, debiendo además ir numerados en secuencias diferentes para cada una (figuras, tablas, etc.)